sábado, 15 de mayo de 2010

Reflexiones sobre la UNASUR, por Jorge Tribó

Mar del Plata (Agencia Paco Urondo)

Probablemente, algunos compatriotas no tengan en claro, la excepcional oportunidad histórica que significa la institucionalización de la UNASUR.

En efecto, la reciente designación, por unanimidad de los mandatarios de Sudamérica, del ex presidente Nestor Kirchner al cargo de Secretario General de la UNASUR implica un salto de calidad institucional, que con el tiempo redundará en claros beneficios para nuestros pueblos.

Los desafíos no son pocos, para la unificación de los estados suramericanos deberán articularse en un proyecto político común, países que impulsan experiencias de proyectos socialistas, países que impulsan un nuevo capitalismo con diferentes grados de autonomía respecto del neoliberal hegemónico y países que todavía consideran que el neoliberalismo es el modelo a seguir, aún cuando no reniegan de su pertenencia a la UNASUR.

Creo que la condición de dirigente peronista, lo dota a Nestor Kirchner, la experiencia necesaria para encarar la construcción de la unidad de los estados suramericanos en el marco de la diversidad ideológica de sus miembros, ya que es precisamente una concepción de movimiento (experiencia paradigmática en el peronismo) y no de opción ideológica partidista, lo que da la posibilidad de conciliar intereses sectoriales de los distintos actores regionales, en el marco de la construcción del interés común de la unión de Suramérica.

Por otra parte, el desafío personal de Nestor Kirchner es el de la dolorosa decisión de sacarse la casaca argentina, para ponerse la de la selección sudamericana y con ello, elevar su mirada estratégica en el marco de la realización geopolítica del sub continente.

Deberá por ejemplo, a través del compañero Lula, trabar contacto con la poderosa burguesía paulista para convencer a ésta de que sus intereses estarán mejor defendidos en un proyecto de cooperación, asociación y expansión suramericana, que en un proyecto de competencia con las demás burguesías de los países de UNASUR, ya que la opción de “cortarse solo” llevaría a una competencia ruinosa para todos, un retroceso de balcanización y finalmente, la pérdida de la fortaleza regional alcanzada, lo que de hecho implicaría un debilitamiento en la capacidad de negociación en el escenario global.

Por otra parte, mas allá de la demonización que desde los intereses multinacionales se le haga, otro interlocutor de primer orden, es el de la Venezuela bolivariana y sus estrechos aliados sudamericanos en el ALBA (Bolivia y Ecuador), en el mediano plazo, estos países avanzaran en una integración creciente, inclusive de mayor velocidad que la integración del MERCOSUR, cabe observar que, paradójicamente, el auge de las nacionalizaciones de dichos países han fortalecido sus ingresos en divisas y por lo tanto, la capacidad de inversión y redistribución, que se traduce en la emergencia de nuevos mercados en la región, con capacidad de asociación y compra de productos elaborados en nuestro propio MERCOSUR, obsérvese, que frente a estos mercados emergentes, por primera vez, los países mas industrializados de la región, gozan de ventajas comparativas en materia de costo de flete y distancias.

Va de suyo, que la unidad suramericana es de vital interés para todos, ya que nos vemos obligados a construir una potencia en esta región del continente, no por delirio de grandeza, sino por razones de elemental supervivencia de nuestros pueblos.

Es de todos conocido, que el agotamiento de los recursos naturales ceban a aquellas potencias que, para seguir ejerciendo su hegemonía (y derroche consumista) elucubran la descabellada idea de hacerse con los recursos naturales de los países más débiles.

Proyectos tales como una Agencia Espacial de la Unasur, que requieren una masa crítica de recursos humanos, financieros, la construcción de marcos asociativos de cooperación de un alto grado de complejidad, se traducen en una articulación sinérgica de todos los países de la Unasur, para el logro de este objetivo estratégico, que una vez logrado, puede ser replicado en cada uno de los países miembros.

La creación de una academia de Ciencias de la UNASUR permitiría potenciar la dedicación y capacidad heurística de nuestros mejores cerebros, lo que nos permitiría achicar asimetrías en el plano científico tecnologico, con respecto al resto del mundo.

En este plano, no estaría de más, tomar los ejemplos que brinda la historia y aprovechar las situaciones de crisis, para recibir con alfombra roja a todos aquellos científicos que pierden posibilidades de crecimiento personal en sus países de origen

En el plano del intercambio, nuestros astilleros, nuestra industria aeroespacial, nuestras empresas de infraestructura, deberían atender prioritariamente la demanda regional, antes que los pedidos de puntos remotos: un buque mercante que se queda en Suramérica fortalece la logistica de UNASUR, mientras que si es entregado a clientes extra continentales, fortalecemos a nuestros competidores globales.

Ni que hablar de la necesidad de fortalecer el Banco del Sur y repatriar paulatinamente nuestras divisas, necesarias para financiar los grandes proyectos de infraestructura y tecnología de punta.

La integración territorial, permitirá un desarrollo auto centrado en nuestra mediterraneidad continental, aumentando así, el intercambio de nuestros productos y servicios.

Un ferrocarril que cruce verticalmente desde la patagonia hasta el caribe (con varios empalmes transversales), la potenciación del transporte multimodal, con eficaz aprovechamiento de las hidrovias permitirían un alto grado de abaratamiento de costos en fletes.

La creación de un Liceo militar y Escuela de policía latinoamericana, donde se puedan formar cuadros provenientes de los distintos países de la UNASUR, en un mismo ámbito de convivencia que, sin dejar de existir los actuales institutos nacionales, se podría dar cuerpo a una fuerza confederada de defensa y seguridad de la UNASUR.

La necesidad de consolidar un complejo militar industrial de avanzada, obliga a elaborar un plan de desarrollo tecnológico industrial multipropósito que, en sentido inverso a la experiencia de los países desarrollados, que invierten primero en tecnología militar y luego la utilizan en la industria civil, nosotros, sin perder la perspectiva de su posible futuro uso militar, desarrollemos aquellas industrias tecnológicas civiles que nos brinden el “Know How” necesario para su futura aplicación a la industria militar, cuando se requiera de ella, es así, como con costo cero, se financiaría la base de una industria de la defensa.



(Agencia Paco Urondo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario