jueves, 25 de junio de 2009

El alma bella: habla de todo menos de ella, por Alberto Sladogna

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Alcira Argumedo publicó un texto: “Argentina: Almas bellas o bocas cerradas” (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-127043-2009-06-22.html) donde argumenta contra el “realismo político” que convoca a votar por “opciones supuestamente claras”. Su texto me concierne como ciudadano, y además, como psicoanalista. Como ciudadano pues en efecto, por el momento veo una opción clara: el proyecto encabezado hoy por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Como psicoanalista pues Argumedo despliega y propone como salida la defensa del “alma bella” frente a las “bocas cerradas”. Considero al pie de la letra que Argumedo emplea el “o” excluyente: o se es un alma bella, o se tiene la boca cerrada; una cosa o la otra. Es una dualidad. Sigmund Freud estudió esa figura de estilo (“el alma bella”) en un caso conocido como “El caso Dora”.

El texto de Argumedo toma “el alma bella” de un artículo de Mario Toer (“El voto de las almas bellas”, Página 12, 15/06/2009). Sólo trataré de transmitir algo específico del “alma bella”: las relaciones del alma bella con la boca cerrada y con la boca abierta.

Freud trató en 1901 a una paciente muy famosa a quien llamó "Dora". El nombre real de la paciente era Ida Bauer, hermana de Otto Bauer (1881-1938) un dirigente de la Segunda Internacional Socialista. ¿Quién era Otto? quien se rebeló contra las opiniones políticas del padre, cuyo adulterio, por otra parte, aprobaba. Fue Secretario del Partido Socialdemócrata entre 1907 y 1914, adjunto de Viktor Adler en el Ministerio de Asuntos Exteriores en 1918. Bauer fue una de las grandes figuras de la intelectualidad austríaca: dedicó su energía a atacar a Lenin y no a Hitler. Se dice que fue uno de los últimos marxistas que había aprendido a descifrar la escritura manuscrita de Carlos Marx, escritura empleada en los borradores de “El Capital”.

“Dora” Bauer se quejaba amargamente de lo que ocurría en su casa y reiteraba en cada sesión su denuncia: su padre no la quería, su madre se dedicaba a limpiar la casa, un abogado trataba intensamente de seducirla. Cuando el abogado confesó que ella era su único interés amoroso, de forma extraña, Dora, al ser concernida por ese amor, le pega un sonoro y sonado cachetazo ¡Extraña recepción dada al ser tomada en cuenta por alguien!

Freud notó un detalle: ese abogado era esposo de una mujer quien era la amante del padre…de Dora. Eso no le impedía a Dora mantener largas charlas con ella. Dora hablaba mucho durante sus sesiones de psicoanálisis con Freud. Dora no tenía la boca cerrada, hablaba hasta por los codos, en particular cuando se traba de denunciar arbitrariedades y corrupciones de los demás. Para Dora Bauer el mundo era malo y había que denunciar sus maldades.

Freud, que al preguntarle como sabía ella sobre el affaire de su padre y por qué sostenía pláticas con la amante de su padre, descubre que era un "alma bella": denunciaba el gran desorden del mundo, denunciaba las injusticias tremendas a las que era sometida, atrocidades cometidas por otros. ¿Por qué era un “alma bella”? Porque callaba en un punto nodal: Nunca reconocía ser parte del desorden que denunciaba. Ese desorden la incluía. “Dora” Bauer era parte activa/pasiva de lo mismo que denunciaba. Ella cerraba su boca para no reconocer que participaba de ese desorden.

Volviendo a la construcción de Argumedo, cuando convoca a tener más "almas bellas" y "menos bocas calladas" produce una tautología, pues una característica de las almas bellas es tener las bocas bien calladas para que no se vea su papel y participación en aquello que denuncian.

Solicito a la Sra. Argumedo una disculpa pues considero que en este caso le queda un saco: “En boca cerrada no entran moscas”. Las almas bellas se callan para que no se note la posición que tienen en el desorden del que participan; las almas bellas tienen la boca cerrada para que el público no se de cuenta de las posiciones que tienen, por ejemplo, ante los dos proyectos que se enfrentan en estas elecciones.

Reitero que nos debe sus disculpas pues la Señora Argumedo despliega su posición de “alma bella” con la boca abierta para criticar el manejo de proyectos de minería, de explotación petrolera, y de los glaciares, ante eso surge una pregunta: ¿Eran esos los temas del debate donde participó Pino Solanas, la Sra. Michetti, el Sr. Prat Gay contra el Sr. Carlos Heller? No sabía de la existencia de mantos de petróleo o de glaciares o de yacimientos de minería en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

El autor es psicoanalista. Su correo es sladogna@gmail.com. Publicado en http://unionbloguera.blogspot.com/2009/06/las-contradicciones-de-las-almas-bellas.html (Agencia Paco Urondo)

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